Es un hecho que una relación de pareja estable empieza en el conocimiento y aceptación de nosotros mismos, como personas individuales. Saber lo que nos gusta y disfrutamos dentro del juego sexual, ser capaces de comunicárselo a nuestra pareja; así como de establecer los límites dentro de la relación, son aspectos que debemos enfrentar en el camino de fortalecer nuestro erotismo individual.
La inteligencia sexual en el camino del erotismo individual
La inteligencia sexual nos permite gestionar nuestra sexualidad y lograr la plena satisfacción de nuestra pareja sexual. Está estrechamente relacionada con el autoconocimiento que tenemos de lo que somos como entes sexuales, lo que nos gusta y necesitamos para llegar a la plena satisfacción personal y la de nuestra pareja.
Hay tres claves para el desarrollo de una inteligencia sexual plena que pasan por una educación sexual sin tabúes, que nos permita liberarnos de mentiras y barreras. El autoconocimiento, descubriendo lo que nos excita y satisface dentro del juego sexual. Por último, la capacidad de poder sostener una conversación franca con la pareja sobre la vida sexual que se comparte, permitiéndonos sincerarnos sobre los diferentes aspectos que truncan el disfrute sexual.
El orgasmo: ese mal necesario
Se ha identificado a las mujeres heterosexuales como el grupo sexual que menos orgasmos consigue, siendo un hecho que solo cerca del 65 % de las veces que mantienen relaciones sexuales pueden experimentarlo. En la mayoría de los casos se veía en el orgasmo el objetivo principal del encuentro sexual. En la actualidad los psicólogos y expertos sexólogos reconocen en el placer y el gozo las fortalezas del intercambio sexual y los encuentros previos de la relación de pareja. Solo si se ha vivido este momento a plenitud estaremos en capacidad de experimentan momentos de gozo y relajación total.
De hecho, en los casos donde se apresura el acto sexual, con experimentación del orgasmo de cualquiera de las partes, puede que se pierda el interés en el disfrute de la pareja. Este tipo de situaciones si no se comparte y se eliminan pueden socavar la relación más larga y estable que se conozca.
Estabilidad en la relación de pareja: deseo anhelado
Solo si llegamos al conocimiento pleno de lo que somos, queremos y nos complace, estamos dispuestos a compartirlo con nuestras parejas y hacernos responsables de nuestros deseos y gozo sexual, seremos capaces de fomentar relaciones placenteras y estables en el tiempo.